Los empresarios de la segunda generación son la prueba de fuego para las empresas familiares, pues la mayoría no logra sobrevivir. La segunda generación marca un antes y después en el negocio familiar.
Hablar de generaciones, es hablar de historia, de antecedentes que conectaron uno a uno para confluir en este punto del tiempo al que llamamos actualidad, y en el mundo empresarial, la generación define el rumbo.
Según el IPADE, entre 65% y 80% de las empresas a nivel global, son empresas familiares
, donde el liderazgo se transmite de padres a hijos, es decir, a los empresarios de la segunda generación.
En México, así como la familia es el núcleo de la sociedad, las empresas familiares son la base de la economía,
a tal grado que representan más del 50% del PIB.
No es un secreto que la mayoría de los empresarios de la segunda generación fracasan al intentar mantener a flote el legado que les han dejado, sin embargo, tenemos ejemplos y herramientas que pueden contribuir a cambiar esta maldición.
¿Qué es una empresa familiar?
Sin duda, al rebuscar definiciones siempre quedan los debates; no obstante, es importante establecer una noción de lo que puede conocerse como el modelo de empresa predominante a nivel mundial: la empresa familiar.
Una empresa familiar, en sentido estricto, es una compañía creada y gestionada por una familia, siendo el modelo económico más antiguo que existe en la historia del comercio.
Por lo regular, se conforma por un consejo de administración presidido por los miembros de la familia y tiene un alto apego a los principios o valores que han heredado de los ancestros del árbol genealógico.
En nuestro país tenemos claros ejemplos de grandes empresas familiares: Bimbo, Televisa, Grupo Carso, Cemex, Comercial Mexicana, entre otras.
Estas empresas han sobrevivido a la segunda generación e incluso se han expandido de forma impresionante, tal es el caso de Bimbo, que al mando de la familia Servitje nos ha dejado grandes lecciones.
En la familia Servitje, existen valores que han pasado de padres a hijos y su éxito se debe, en gran parte, a la institucionalización de la empresa y a la preparación profesional de su actual líder.
¿Qué es un empresario de la segunda generación?
En las empresas familiares, es muy recurrente que los padres dejen las riendas del negocio a los hijos, como es natural. De aquí nace el término “empresario de la segunda generación”.
Un empresario de la segunda generación, es aquel que continúa el negocio del fundador, tomando la estafeta para seguir con la carrera.
Puede parecer exagerado, pero los empresarios de la segunda generación tienen doble deber: por un lado impulsar el legado por el que su familia ha luchado, y por otro, superar la sombra de sus antecesores.
Heredar una empresa familiar es un acto de mucho valor, pues con ella vienen incluidos los valores del hogar y la responsabilidad de no destruir, en un instante, lo que costó años levantar.
¿El destino de las empresas familiares está asegurado con los empresarios de la segunda generación?
El nivel de éxito de las empresas familiares cuando están en manos de la segunda generación se encuentra muy devaluado, tan sólo en México, únicamente el 33% de las empresas familiares sobrevive al paso de la segunda generación. Y de lo anterior se desprende que el 15% de las empresas familiares constituye la minoría que opera hasta la tercera generación.
Son datos devastadores, pero incluso en el pensamiento popular, es demasiado común que se espere un fracaso rotundo por parte del empresario de la segunda generación.
No obstante, según entrevistas de la firma Delloite, la siguiente generación de las empresas familiares a nivel mundial, son una generación de jóvenes prometedores en razón de su preparación y de romper con esas ideas de fracaso.
En dichas entrevistas realizadas a la próxima generación de empresarios, resultó lo siguiente:
- El 80% afirma que su estilo de liderazgo será diferente;
- El 56% cambiará las estructuras de gobierno corporativo;
- Las principales áreas de inversión son: expansión, innovación, desarrollo y uso acelerado de la tecnología.
¿Por qué no sobreviven las empresas de la segunda generación?
Si los cambios son para conservar, ¿Por qué el cambio de generación derrota a muchas empresas familiares?
Las principales causas de que fracase la segunda generación de las empresas, es el mal gobierno:
un liderazgo desajustado a la realidad, la falta de un plan de sucesión y la falta de institucionalización de la empresa.
En los negocios familiares, es necesario un gobierno corporativo,
a fin de crear un marco para poner en marcha las funciones, políticas, procesos y controles que permitan decisiones fundadas.
Un gobierno corporativo trae como consecuencia un liderazgo efectivo, pues incluso con la experiencia y tradición que tengan los miembros de la familia, siempre habrá retos complejos por enfrentar en el mercado.
Ahora bien, debe ser muy difícil nombrar a un sucesor, sobre todo si hay interesados en ocupar ese lugar. Por lo anterior, es importante que los negocios familiares tracen un proyecto de sucesión.
Dicho proyecto debe establecer los requisitos mínimos que debe cumplir el empresario de la segunda generación: desde preparación profesional, hasta los valores familiares que debe respetar.
Por último, en la empresa familiar se debe aprender que los problemas de la casa no deben afectar al negocio y viceversa, algo que parece imposible, pero que podemos lograr a través de la institucionalización de la empresa.
Institucionalizar la empresa es establecer misión, visión, objetivos a corto, mediano y largo plazo, tener un control interno, reportes financieros y sobre todo, una administración transparente.
Los datos no mienten, la economía mundial depende de las empresas familiares, por ello los empresarios de la segunda generación tienen una responsabilidad enorme para impulsar su legado.
Cada quien tiene la oportunidad de escribir su historia, y qué mejor si en el proceso cuidamos ese legado que dejaremos, cuando marchemos para no volver jamás.